El último informe de la Agencia Española del Medicamento, nos advierte que se han recibido 1.332 notificaciones de problemas de suministro durante el 2018. Esto supone un 44% más que el año anterior.
En la práctica, al ciudadano le resulta muy difícil poder comprar medicamentos tan populares y básicos como Dalsy, Trankimazin, Nolotil, Urbason, Tranxilium o Primperán.
A pesar de existir en muchos casos su sustitutivo “genérico”, los farmacéuticos están preocupados sobre todo por la escasez de productos que tratan patologías del corazón y los que afectan al tratamiento de enfermedades mentales.
¿Por qué hay desabastecimiento?
La versión “oficial” se resume principalmente en:
– Problemas con el Brexit.
– Las Farmacéuticas no planifican bien la producción y distribución.
– Falta de materia prima para elaborar los medicamentos.
Pero la versión de distintas organizaciones de pacientes, Colegios Oficiales de Farmacia y farmacéuticos, nos acerca a otra verdad: España pone unos precios de compra MUY bajos. Tanto es así, que algunas farmacéuticas prefieren “vender” algunos productos a otros países donde pueden venderlos MÁS caros.
Generar problemas de Salud a los Enfermos a costa de ahorrar costes, supone una grave afrenta al Paciente ya que se juega con su salud al no proporcionarle el medicamento que necesita, cuándo lo necesita y la CANTIDAD que necesita.