La Crisis de 2008 continúa en Sanidad
La crisis sanitaria que ha originado la pandemia, no solo la ha generado ésta de por sí. Hemos podido comprobar cómo en diferentes países, la COVID-19 ha golpeado con distinta fuerza. Esto no ha sido solo producto del virus, sino de lo debilitado o fortalecido que se encuentre el sistema sanitario de un país.
En el nuestro en concreto, arrastramos los efectos de la crisis del 2008, que supuso unos recortes en inversión sanitaria que perjudicaron al propio sistema y por ende la salud y la vida de muchísimos ciudadanos.
Esa falta de inversión en medios materiales y humanos, esa falta de dedicación de dinero público a la Sanidad ha sido sin duda, uno de los motivos por los que la actual crisis sanitaria de la pandemia ha llevado a nuestro país a ser uno de los estados con más contagios y fallecidos, tanto en la primera ola, como en la que estamos viviendo actualmente.
Los números hablan
En un reciente programa de televisión, nos ofrecieron los datos de 2018 (ya que no se han actualizado desde entonces por parte del Ministerio de Sanidad), referentes a la inversión que se realiza en Atención Primaria por habitante. La Comunidad Valenciana gasta 168 euros por habitante (la media nacional está en 183), dinero que obviamente es del todo insuficiente.
Un informe de la organización Amnistía Internacional que hizo público a principios de verano, reflejaba que aún a fecha de hoy, el sistema sanitario no había recuperado los niveles de inversión previos a la crisis de 2008. Este informe nos indica que el gasto sanitario se ha reducido en un 11,29% durante esta década. Durante este período, países como Suecia, Alemania o Finlandia, han aumentado alrededor de un 20% el gasto sanitario público por habitante.
Lo que no se recorta son pacientes
Más bien al contrario, aumentan los pacientes y disminuyen los médicos. Si hace diez años, las agendas de los médicos de Atención Primaria atendían una media de unas 20 personas, ahora, los profesionales llegan a atender HASTA 70 pacientes por día.
No se puede atender BIEN, como se merece y como necesita el enfermo. Sanidad debe de dotar de los suficientes medios humanos, técnicos y económicos para dar a la población lo que necesita en el ámbito de la salud.
Los recortes lo único que han traído son menos capacidad para responder a las enfermedades de la población, unos profesionales insatisfechos, ninguneados, y con una carga de trabajo atroz y unos enfermos MÁS enfermos, más perjudicados, sin poder ser atendidos como se merecen, como necesitan.
La Administración Sanitaria no es o no parece ser consciente que está jugando con la vida de pacientes y de profesionales de la Sanidad. El aumento de la inversión en la Sanidad ha de ser PRIORITARIO. Lo contrario es privar a los ciudadanos de un derecho básico, como es el Derecho a la SALUD.